|
The
Church of God |
¿Por qué Contar los Días de Noé? |
¿Por qué Contar los Días de Noé?
Nueva revelación de este mundo sale a la luz todos los días. Lo mismo sucede con
los aspectos técnicos del relato del diluvio, como se explicará en este texto.
La información adicional no cambia el artículo original, pero nos da más
claridad sobre este importante evento bíblico.
Muchas personas tienen dificultad para entender la Biblia. Una de las razones es
que muchas veces la Biblia relata la conclusión de un evento, lo que deja al
lector preguntándose qué paso antes, pues no hay suficiente información.
Un vivo ejemplo se encuentra en Génesis 2:16-17. "Y ordenó el SEÑOR Dios al
hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del
conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas,
ciertamente morirás."
¿Qué información falta aquí? Adán tuvo que haber conocido el significado de
morir para que el castigo por la desobediencia fuera creíble y él entendiera la
enormidad de un mandamiento tan simple como no comer del fruto de un árbol. La
traducción más correcta es “ciertamente morirás, "tú vas a morir". Para hacer el
castigo más real, Dios le dice a Adán lo que le pasaría si come del árbol del
conocimiento del bien y el mal.
La información que falta aquí es que Dios tuvo que haberle explicado el
significado de la muerte a Adán antes de darle el mandato que no comiese del
fruto. Esto es tan certero como el castigo dado en Génesis 3. Dios no pretendía
que Adán fallara, por lo que tuvo que haberle explicado detalladamente lo que su
descendencia experimentaría, que iban a perder su fuerza y vitalidad hasta que
sus cuerpos les fallaran y no existieran más, regresando así al polvo del que
salieron.
Volviendo a los acontecimientos antes del diluvio, solo se encuentran dos
patriarcas a quienes Dios dio una distinción que los separara del resto.
“Ellos caminaron con Dios”, lo que significa que ellos tenían una relación
especial con Él. El primero fue Enoc, en Génesis 5:22, y Génesis 6:9 señala que
Noé caminó con Dios. Caminar con Dios es una metáfora que no debe
entenderse solo como que andaban juntos.
Ellos se reunían físicamente con el Dios del Antiguo Testamento, Jesucristo. I
Corintios 10:4 dice, “Y todos bebieron la misma bebida espiritual, porque
bebían de una roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo.” Juan
6:46, “No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que viene de Dios,
éste ha visto al Padre.”
Para confirmar esto se puede leer
Éxodo
34:6, donde Moisés vio a Dios, lo que deja claro que él estaba viendo a Cristo.
"Entonces pasó el SEÑOR por delante de él y proclamó: El SEÑOR, el SEÑOR,
Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y
fidelidad.”
Lea el artículo titulado La Presencia Física de Dios, para mayor
comprensión.
Dios escogió manifestarse a estos dos hombres como el Creador de todas las cosas
que conocemos en esta vida física y la conducta que Él espera del hombre. ¿No es
esto lo que Cristo hizo por el hombre en el Nuevo Testamento?
Al igual que en la sociedad actual, el hombre debe tomar decisiones. Mateo
7:13-14. La decisión es elegir la puerta estrecha y el camino angosto que nos
conduce a la vida eterna, o pasar de lejos. Estos hombres tuvieron que enfrentar
la decisión de caminar con Dios o caminar con Satanás, que es una competencia
incontrolable.
Amós 3:3 dice, "¿Andarían dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?" ¿Está
Dios de acuerdo con el hombre? ¿O debería el hombre en su totalidad estar de
acuerdo con Dios? Esto significa repudiar el camino del hombre y seguir a Dios
de todo corazón, en el camino que Él nos ha dado, construido sobre los
mandamientos de Dios. Para caminar con Dios uno debe de profunda y
reverentemente saber que vivimos a la merced de nuestro Hacedor y Redentor.
Para Noé esto significó entender por qué Dios tenía que destruir toda la tierra
y empezar de nuevo con Noé y su familia. Dios creó al hombre como un ser físico
en un mundo físico, sujeto a la muerte. El hombre fue hecho con libre albedrío
para que hiciera los cambios necesarios en su conducta y pensamiento para así
estar en unidad con la senda de vida de Dios.
Como ya hemos visto en Génesis 2, Dios da una visión general del diluvio. De la
misma misma, Él da muchos
detalles sobre la construcción del arca, solo los suficientes para tener una
imagen de su enorme tamaño.
Considere los detalles que no se mencionan en esta gran construcción. Para
comenzar este proyecto Noé tuvo que haber sido un hombre adinerado, para poder
adquirir esa cantidad de madera, brea y fuerza humana para la construcción del
arca como Dios le especificó.
El arca también hubiera necesitado enormes compartimientos para guardar comida y
agua para un año. Noé tiene que haber sido un hombre bien organizado para lograr
que el arca estuviera construida en el tiempo correcto. Para lograr el proyecto
completo Dios uso a un hombre organizado y con habilidades para la construcción.
Noé tiene un atributo más, el cual se menciona en II Pedro 2:5, "Si no
perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con
otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos.” Aparte
de los talentos ya mencionados, Noé podía hablar públicamente, advirtiendo a la
sociedad perversa de la destrucción venidera. Los hombres de este tiempo fueron
libres de tomar la decisión de entrar en el arca o no hasta que Dios cerró la
puerta.
Todos los talentos y riquezas y todo lo que hemos notado acerca de Noé fueron
atributos que Dios le dio a Noé. Desde su primer encuentro fue claro para Dios
que Noé tenía un gran deseo de vivir de acuerdo con el estilo de vida que Dios
había dispuesto para el hombre. El deseo de agradar a Dios es lo que Él usó para
crear el dinámico hombre de fe que Noé llegó a ser.
Lo que no es obvio es que Noé debiese tener el arca completa para una cierta
fecha. El fundamento para ello es que Noé registró las fechas más importantes
durante el año del diluvio, lo que tuvo que pasar en un año que tuviera 13 meses
y 385 días. Estas fechas junto con las de Éxodo 12 y 16 nos permite comprender
cómo es que Dios lleva cuenta del tiempo. Un ejemplo como el diluvio de Génesis
requiere que el lector entienda, a partir de la información dada, que el largo
de los meses y años ya había sido predeterminado. Vea el artículo
Estableciendo el Calendario Sagrado.
El diluvio comenzó el 17 del segundo mes. Por lo tanto, Noé no pudo haber visto
la luna del inicio del tercer mes. Sin conocer cuándo comenzaba el tercer mes,
Noé no habría podido saber cuántos días tuvo el segundo mes observando la luna.
Inicialmente llovió por 40 días. Dios también causó que continuase lloviendo por
150 días adicionales, por lo que el cielo estuvo nublado por 190 días, sin dejar
que se viera la luna hasta el día 28 del mes octavo.
A pesar de no poder ver cuánto duraban esos meses, Noé pudo definir dos fechas
importantes: el día 17 del mes 7, cuando el arca llego al sitio donde Dios
escogió, y el primer día del primer mes del siguiente año.
La única razón por la que Noé ubicó esos días apropiadamente es porque
sabía el número de días de cada mes de ese año.
Mientras las aguas todavía no habían comenzado a mermar, el arca se detuvo por
encima de las montañas. Pero no se detuvo en el área riscosa de las montañas,
sino que se asentó sobre un lugar donde el arca de 450 pies de largo podría
descansar. Tiene que haber sido un sitio que permitiera una salida fácil para
los animales; un valle suficientemente grande y plano para que la familia de Noé
y su descendencia pudiera esparcirse al resto de la tierra.
Desde el día 16 del segundo mes hasta el primer día del siguiente año hubo 340
días, compuestos de los 40 días de lluvia abundante seguidos de 150 días de
lluvia regular en que las aguas se mantuvieron con una profundidad de 18 codos
sobre la montaña más alta. La única constante que Noé conocía, además del clima
nublado, era cómo contar los días del diluvio adecuadamente. Esto por sí solo no
le habría permitido saber cuándo era el primer día del siguiente año, o cuándo
era el día 17 del séptimo mes.
La única forma para el haber hecho eso es usando un predeterminado número de
días para cada mes, el cual nos trae una pregunta importante. ¿Por qué Noé
registro el comienzo de la fecha del día 17 del tercer mes, o el día 17 del
séptimo mes? No añade nada importante a la historia del diluvio ¿o sí?
Recuerde que fue Dios (Cristo, el Verbo) quien hizo que la cuenta del tiempo se
preservara a través de Moisés, quien escribió los primeros cinco libros de la
Biblia. El propósito de Dios era permitirnos determinar el largo de los meses,
no viendo la luna, sino entendiendo que Él asignó un determinado número de días
para cada mes en el momento de la creación.
Dios recalca esto aún más en Éxodo 12:2, cuando le da a Moisés solo parte de la
información, indicándole cuán mes debería ser contado como el mes primero del
año. Dios no le dijo a Moisés qué día era, o cuántos días había en el mes. Aun
así, en Éxodo 16 Moisés revela el shabbat en el séptimo día y el día en el cual
cayó en el segundo mes.
La única forma que Noé pudo haber ubicado estas fechas correctamente dentro del
ciclo semanal es sabiendo el largo de los meses, de la misma manera en que
Moisés debió tener el mismo conocimiento, y cómo debían contarse los meses
dentro del ciclo anual. La prueba de esto se encuentra en el artículo
Estableciendo el Calendario Sagrado.
Por Don Roth
01-19-20